miércoles, 1 de febrero de 2012

OJERAS ALEGRES (I)

Llamadme oportunista, porque lo voy a ser. Quiero aprovechar las once nominaciones a los Óscar que ha recibido “Hugo”, dirigida por el gran Scorsese, para remitiros a la pequeña joya literaria en la que está basado el filme.
“La invención de Hugo Cabret”, de Brian Selznick, llegó a la librería en la que yo trabajaba en una época de obsesión editorial por la literatura juvenil hemoglobínica, los libros con el consabido mapita en la primera hoja y los magos miopes de pasado incierto. Y llegó tímidamente y de forma resignada, como pidiendo perdón por sus más de quinientas páginas de texto e ilustraciones en blanco y negro y por su cubierta tan poco común en las ediciones españolas para jóvenes.

Me lo llevé a casa y volví al día siguiente con ojeras alegres; esa falta de sueño que no pesa si has estado en vela devorando una gran historia. Porque eso es “La invención de Hugo Cabret”, una gran historia de regusto clásico narrada de una forma absolutamente moderna: combinando texto e imágenes de forma ágil y equilibrada.

Los partidarios del CMYK le perdonarán la falta de color cuando comprueben el dinamismo que ofrecen las ilustraciones de corte cinematográfico en las que una cámara de carboncillo nos adentra, poco a poco, en el París del s.XIX. Página a página, párrafo a párrafo, el lector-espectador recorre con Hugo y su excéntrica compañera los engranajes  de una ciudad y de una época repletas de lujo arquitectónico y de miseria subterránea, de realismo empatizante e ilusionismo hipnotizante.


En el fondo, y aunque la sinopsis que voy a adjuntar apunta a una historia de aventuras, el libro -y su magnífica edición  ideada por SM- constituyen una auténtica historia de amor hacia una arte del que Scorsese sabe la tira. Y no os adelanto más.
Abro boca con el book trailer que ofrece la página web de la editorial. Mañana ya hablaremos de un tal Maillardet y una luna tuerta. Buen provecho.

sábado, 28 de enero de 2012

Derechos

Os propongo una forma de iniciar un proyecto de promoción de la lectura. Advertencia: no se admiten los términos "imprescindible", "debes" o "de obligada lectura" ni la expresión -fatalista de narices- "1001 libros que debes leer antes de morir".
La clave la dieron hace muchos años dos de mis artistas favoritos: Daniel Pennac y Quentin Blake. La imagen la he encontrado en el blog "Corre con el cuento". Creo que no hace falta decir más. Arrancamos...

http://correconelcuento.files.wordpress.com/2008/11/10derechosdellector.jpg